☆☆☆ Volver ☆☆☆





No es fácil dejar atrás algo que te ha mantenido de pie durante tanto tiempo, también si el amor es el lazo que te mantiene fuertemente unido a ello, a veces el tomar decisiones difíciles toma mucho esfuerzo y mucho valor, pero al final algo dentro nos hace saber que habrá algo bueno por venir y que nos hará ver las cosas con más madurez.


Han sido tiempos de decisiones, han sido tiempos de ver las cosas por el siguiente paso, al futuro que tan inseguro es. 

El mundo de las maravillas fue ese espejo que me dejó entrar a un lugar al que no muchos tienen una llave, al que no muchos pueden entender, al que muchos tampoco pueden ver.

Siete años desde que decidí atar unos botines viejos, para poder sentir que soy digno de viajar a través del cristal delicado de las eras, puedo ver de una forma muy diferente el marco de broqueles añejos que me dio tanto, puedo ver lo que ha cambiado, al igual que yo durante este tiempo, pero jamás lo que será, su futuro al igual que el futuro entero son inciertos, pero he de reconocer que eso es algo que envuelve este mundo del otro lado de los espejos.

Hube decaído como decayeron grandes imperios, como la destrucción espiritual de inmensos palacios que terminaron solo en las memorias de quienes los habitaron y poco a poco fue inminente mi desdén, pero en ningún segundo dejé de pensar en como sería si de algún modo regresase la ingenuidad y la blancura a mi, se había ido mi inspiración pero jamás se fue mi amor, aunque haya cambiado, siempre habitó en mi el niño que ve blanco el mundo por más adverso que este parezca, aunque jamás haya demostrado eso, siempre en mi vivió esa semilla de fe que me coronaría el alma cada que viera que las cosas fueran mal.

En el momento que decidí irme, sabía que algún día regresaría, no sabía si sería de un momento a otro o si me llevaría tiempo, pero he visto inmundicias y he vivido en carne propia lo que es no tener un sueño que te acoja mientras sobrevives día con día, el amor, la naturalidad, la belleza, oscuridad y ambigüedad que envuelve el mundo de los castillos que flotan es lo que siempre me otorgó el poder vivir inmerso en cuentos de belleza infinita. Es por eso que decidí volver poco a poco a eso que no solo me distraerá de lo malo que he obtenido a últimas, sino que además podré sobre valuar el amor tan grande a lo que siempre amo y amaré, y así poder capturar en detalles tan mínimos, lo más bello que puede existir, para ver todo con mejores ojos y sentir todo con mejor piel.

Requeriré tiempo, dedicación y paciencia pero ya he comenzado a crecer y debo ver por mi futuro inmediato, esto no lo veo como un retroceso, sino como un recuerdo que podré materializar de nuevo, porque lo más bello de los sueños y las memorias que se pueden volver tangibles, es que pareciese que puedes soñar con los ojos abiertos.

Porque eso es lo principal que me enseñó este mundo, y al formar parte de mis ideales, deberé ponerlo en marcha.